Gonzalo de Berceo
Su vida
Son pocos los datos que tenemos acerca de la vida de Gonzalo de Berceo, el poeta que inició el Mester de Clerecía.
Se educó en el monasterio de San Millán de la Cogolla, donde se ordenó sacerdote. Allí ofició como clérigo secular, pero se sabe
que más tarde llegó a ocupar los cargos de diácono (hacia 1220, año desde que aparecen documentos con su nombre) y de presbítero (hacia 1237).
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Con sus obras Gonzalo de Berceo inició el Mester de Clerecía, e inauguró la senda de la poesía erudita, en contraposición con la poesía juglaresca. Este autor participó en la difusión de la cultura latina con un arte popular y culto al mismo tiempo.
Poco se conoce de su muerte, aunque se sabe que en el 1252 aún vivía.
Su estilo
Gonzalo de Berceo es un poeta que convirtió en culto aquello que era popular, vulgar. Es un poeta de doble vertiente, su arte es popular y culto al mismo tiempo. Popular porque acude a refranes, expresiones populares, y palabras sacadas de lo más hondo del pueblo. Culto porque tiene una finalidad didáctica, transmite la cultura latina. Su obra está llena de artificios literarios, de cultismos, así como de humor y modismos.
1. El realismo: no ha de buscarse el realismo de Gonzalo de Berceo en escenas macabras, sinó en la sencilla vida de los conventos, en el mundo religioso que expone en sus obras. En ellas aparecen monjes y abades, santos y pecadores, enfermos y moribundos, desesperados y penitentes, condenados y demonios.
2. La afectividad: Gonzalo de Berceo trata a sus personajes con cariño, sus diminutivos están más orientados a una función emocional que de empequeñecimiento.
3. El humor: es una constante en la vida de los santos durante la Edad Media. El humor de Gonzalo de Berceo es socarrón, ingenuo, mediante el cual va sembrando historias de optimismo.
4. El público: Gonzalo de Berceo se dirigía a los españoles del Camino de Santiago. Gente pobre en gran medida inculta. Berceo pensó en un “público de oyentes” al cual enseña. Él lee en voz alta a un público que lo escucha. El público está siempre presente en su poesía.
5. Presencia del autor: Gonzalo de Berceo está presente en su obra, él la encauza, él la dirige, él la gobierna.
6. Amor por las fuentes escritas: confía profundamente en todo aquello que está escrito, que le da seguridad en sus opiniones. Siente una verdadera pasión por las fuentes escritas.
7. La naturaleza de Gonzalo de Berceo: su naturaleza está siempre en función de algo. Las tormentas, los vientos, la nieve y las heladas se tornan insistentes y preocupantes en las obras de este autor. Los astros se aunan ordenadamente según las situaciones de gozo o tristeza en sus narraciones. No es un poeta colorista, usa únicamente sus flores, la rosa y el lirio, para compararlas con aquello que es hermoso.
Su obra
Gonzalo de Berceo escribió nueve obras de temática religiosa. Algunas relacionadas con la vida de los Santos relacionados con el monasterio de San Millán de Cogolla, con el objetivo de atraer a los peregrinos y de conseguir los donativos de los habitantes de la zona. Sus obras pueden clasificarse en distintos grupos.
1. Obras doctrinales: Del sacrificio de la Misa y De los signos que aparecerán antes del juicio.
2. Obras hagiográficas: Vida de San Millán de la Cogolla, Vida de Santo Domingo de Si los, Vida de Santa Oria y Martirio de San Lorenzo.
3. Obras Marianas: Loores de la Virgen, El duelo que hizo la Virgen María el día de la pasión de su hijo Jesucristo y Milagros de Nuestra Señora.
Sobre estos milagros ya existía una muy abundante literatura latina, extendida por toda la Europa medieval. Así pues, Gonzalo de Berceo no inventa las historias, sino que las traduce y las adapta para difundir en lengua romance las historias escritas en latín.
En algunos puntos de la obra se detiene y no da detalles concretos al no estar éstos escritos o por el mal estado del texto que no le deja comprender los sucesos. Gonzalo de Berceo sentía un respeto casi supersticioso por lo escrito, apoyándose en ello como algo veraz y de sólidos argumentos.
Aún con la falta de originalidad, Berceo modifica y amplifica el texto añadiendo rasgos y costumbres de la región, así como humor. Enriquece los textos al adaptarlos a un público menos culto, los hace más familiares. Además, permanece en todo momento como narrador de la historia, presente en los propios versos. La frecuencia con la que se dirige a quienes le escuchan demuestra que su obra está escrita para ser oída.
La religiosidad de Berceo no se manifiesta con elevada teología, sino con una devota familiaridad, tierna y humana. María infunde optimismo hasta en los momentos más dramáticos y augura siempre un desenlace feliz.
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